martes, 9 de diciembre de 2014

FUEGO


El Fuego es deseo. Es entusiasta, calentador, y la chispa de la vida. Es apasionado, emocional, indomable, el más poderoso de las fuerzas de la energía, porque él representa la fuerza del Espíritu. Es una llama que palpita, o una llama que destruye. . . Brilla en el Sol. Danza en el Fuego del hogar, atrae el ojo, y el deseo. Da color a la sangre. Es el pulso de nuestro ser. El Fuego es rojo. Es el calor moderado que mueve con deleite la tierra; el ansia por vivir, la luz por la que vemos. Dinámico, movible, lleno de chispas, atrevido, vital, inteligente en su urgencia. El Fuego es activo, se eleva. Es el principio de la vida. Su esencia es la vida, calienta, compele, excita, propulsa con entusiasmo. Ama la pasión de la juventud. El Verano es Fuego - el silencioso pero penetrante latido del corazón de la creación. Es vida en su plenitud. El Mediodía es Fuego, cuando el Sol quema más fuerte. Es estar de pie con los brazos estirados hacia el dador de vida, de luz y calor que fluyen hacia abajo - un acción de gracias a la alegría, la felicidad y la maravilla de juventud. El Fuego es el Cetro de nuestro nacimiento. Es la intrepidez y la irreflexión del joven. Es el salto de deleite salvaje, el bullicio de la excitación. Es nuestra esperanza, nuestra meta, nuestro deseo, nuestra energía y urgencia por el futuro. Vive. ¡Es! El Fuego yace derretido en el centro de la tierra, pero tiene el poder para abrirse paso a través de la corteza. Es nuestro impulso incontenible, nuestro calor, nuestra fiebre, nuestra pasión por amar u odiar. El Aire abanica sus llamas, pero se necesita de la Tierra para contenerlo. Solo el Agua puede apagarlo. El Fuego no puede construir, aunque es la esencia de "ser." No puede absorber, pero por sí mismo, atrae a otros asu tibieza. Da vida, pero puede destruir la vida que da. Es tenazmente protector, pero se necesita protección contra él mismo. El Fuego es el Padre de la Esperanza y el deseo del Espíritu. Es la fuerza viviente. Somos Fuego. Con nuestra chispa de vida, somos divinos. ¡Vivimos! 

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