viernes, 19 de diciembre de 2014

EL LIBRO DE ENOC

EL LIBRO DE ENOC

Mucho de lo que se sabe hoy en día acerca de los ángeles proviene del texto bíblico llamado el Libro de Enoc, que es la historia de un hombre que se convirtio en un Angel.

¿Qué dice el libro de Enoc?

El Libro de Enoc se divide en tres libros. El primer libro se encuentra en la Biblia Etíope. Se piensa que se escribió entre los siglos III A.C. y I A.D. También se encontraron fragmentos de este libro en los rollos del Mar Muerto, que conservan la lista más antigua de nombres de ángeles. El ángel más grande es Yahvé (el Señor), el que creó la vida.
El ángel más grande es Yahvé (el Señor), el que creó la vida.
El segundo Libro de Enoc se encuentra en la Biblia eslavona y se piensa que fue escrito en el siglo I A.D. El tercer Libro de Enoc es un texto cabalista rabínico escrito en hebreo que proviene del siglo V A.D. Se han encontrado también fragmentos de un cuarto libro.
Según la autora Margaret Barker en su libroAn Extraordinary Gathering of Angels , los fenómenos naturales son representados como ángeles en el libro de Enoc y el conocimiento de los ángeles era el depósito del conocimiento científico de aquellos tiempos.
Estos libros cuentan cómo Enoc fue llevado al cielo. Allí estuvo frente a lo más sagrado y un ángel le mostró el corazón de la creación, los secretos de los feneomenos naturales y cómo la unidad del todo, o el Reino, se divide para convertirse en la creación visible.

Los ángeles en el libro de Enoc

En su recorrido por los cielos, Enoc vio muchos tipos de ángeles. Vio una casa de llamas y cristal: los querubines. Dentro de esa casa había otra donde se encontraba la Gran Gloria, Yahvé, en un trono con un gran grupo de ángeles ante él.




Enoc también vio al arcángel Miguel, quien lo llevó por los difententes niveles del cielo, donde vio serafines, querubines y ofanim, poderes de la tierra y del agua, principiados y al Mesías. Solo los arcángeles Miguel, Rafael, Gabriel y Phanuel podían entrar y salir del salón del trono.
Enoc también vio el lugar donde estaban presos los ángeles rebeldes o ANGELES CAIDOS,  Azazel y Semhaza.


Enoc aprendió además los nombres de los siete arcángeles: Uriel, que estaba a cargo del mundo y del inframundo; Rafael, a cargo de los espíritus humanos; Raguel, un ángel vengador; Miguel, el encargado de las personas buenas y del caos; Gabriel, encargado de los querubines, las serpientes y el Paraíso; y Remiel, el encargado de los resucitados.
Al final de su recorrido y aprendizaje en el cielo, Enoc se transforma en el gran Angel Metatrón,  también conocido como el pequeño Yahvé.

La historia de Metatrón



Enoc, el abuelo de Noé, es un místico que visita el Cielo en distintas visiones. En una visión, Enoc tiene la misión de interceder con Dios en favor de los ángeles caídos. En otra visión, ve a los querubines en el Cielo, a quienes describe como seres de fuego. Más adelante, es llevado por el arcángel Miguel al cielo más alto.
Enoc también viaja en sus visiones o sueños al árbol de la sabiduría. Al final de sus visiones, Enoc se transforma en el arcángel Metatrón, un poderoso arcángel a quien también se le llama el pequeño Yahweh.

Metatrón en los textos judíos

Aunque la Torah y la Biblia mencionan que el profeta Enoc una larga vida y fue llevado al cielo sin morir (Génesis 5:23-24), los textos del Libro de Enoc fueron excluidos del canon formal del judaísmo, y por lo tanto tampoco son aceptados por las escrituras cristianas. Aún así, el arcángel Metatrón fue muy importante en el judaísmo místico medieval y aparece mencionado en el Talmud. En la tradición rabínica, es el más alto de todos los ángeles y sirve como escriba celestial.



  • El nombre de Metatrón aparece también escrito de dos maneras. Un nombre tiene seis letras (מטטרון)y otro siete (מיטטרון). Se piensa que el primero es el Enoc transformado en ángel mientras que el segundo es el Metatrón primordial, una emanación de Dios. Metatrón es la décima y última emanación. Se relaciona con la Presencia Divina en la Tierra.
  • El Zohar, texto principal que se asocia con la Cábala, llama a Metatrón "el Joven”, el mismo título con que aparece en 3 Enoc y que podría significar “sirviente”. Este texto identifica a Metatrón con el ángel que guió a los israelitas en el éxodo.
  • El Zohar también describe a Metatrón como “el rey de los ángeles” que reina sobre el árbol de la sabiduría o árbol del conocimiento del bien y el mal. (Zohar 49, Ki Tetze: 28:138)
  • El Zohar Bereshit 51:474 dice que cuando Enoc estaba en la Tierra, se dedicó a escribir un libro que contenía los secretos de la sabiduría hasta que fue llevado al Cielo para convertirse en ángel. Dios le permitió a Enoc continuar este mismo ministerio en el Cielo.
  • En el Zohar Bereshit 51:475 dice que todos los secretos sobrenaturales fueron puestos en las manos de Metatrón y que él los ponía en las manos de quien los mereciera.
  • El Talmud menciona en Hagiga 15a que Dios le permitió a Metatrón sentarse en su presencia por su trabajo como escribano de los méritos de Israel.

El ángel patrón de los niños

Metatrón es el ángel patrón de los niños por su papel en el Zohar como el ángel que guió al pueblo de Israel en el desierto hacia la Tierra Prometida. Él guía a los niños tanto en la Tierra como en el Cielo. Ayuda a los niños índigo y cristal a superar los obstáculos de su evolución. Los padres pueden pedir a Metatrón que los guíe para poder ayudar a sus hijos en su educación, espiritualidad y el desarrollo de sus habilidades psíquicas.

Jefe de los ángeles de la muerte

Por ser un ángel que una vez ser humano, a Metatrón se le asocia con los arcángeles Gabriel y Samael cuando trabajan como ángeles de la muerte. Metatrón los supervisa cuando ayudan a las almas a hacer su transición del plano físico al espiritual.

Guardián de los registros akáshicos.


Los ángeles guardianes pueden consultar a Metatrón en su rol de guardián de los registros akáshicos . De esta manera, Metatrón ayuda al ser humano a perfeccionar su alma. Los registros akásicos son una manera de explorar las vidas pasadas pues contienen “la mente de Dios” o la memoria de todo lo acontecido desde el principio de los tiempos. Metatrón tiene acceso a la sabiduría divina, que ofrece a los ángeles guardianes para ayudar a los seres humanos en su evolución.

El corazón, sede del ser auténtico que somos, un ser lleno de luz, sabiduría, sanación y amor, entre otras muchas cualidades divinas, es la llave y la puerta para entrar en el alma y para conectar con los Registros Akáshicos, donde está archivada toda la información de lo que fuimos, somos y posiblemente seremos, todo lo que necesitamos para evolucionar, transformarnos y expresar cada vez más nuestra divinidad en el mundo terrestre y temporal.
 Con la ayuda de los Registros Akáshicos, podemos resolver y modificar nuestro karma, así como también conocer a fondo nuestro dharma, nuestro propósito de vida para esta encarnación y recibir la información necesaria para llevarlo a cabo. El karma no tiene nada que ver con limpiar, purgar, pagar… ningún tipo de deuda contraída en vidas pasadas. La Ley del Karma, también llamada Ley de la Cosecha o Ley de Causa y Efecto, es un principio universal que relaciona los efectos con las causas. Según este principio, toda causa tiene un efecto y todo efecto va acompañado de una causa. Dicho de otro modo, toda acción tiene una consecuencia y todas las consecuencias van precedidas en el tiempo por una acción. Ni más ni menos. El tiempo que media entre la causa y el efecto, o la acción y la consecuencia, puede ser de tres minutos, de cinco años o de veintiocho coma cuatro vidas. Eso no importa. Lo verdaderamente importante es ser consciente de la relación entre uno y otra, hacerse responsable de ello y, a continuación, tomar las medidas oportunas para modificarlo en el presente, porque si todavía está aquí, significa que no lo hemos hecho antes o que lo hemos hecho a medias.
 EL KARMA
El karma es como ir al colegio o a la universidad. Cuando estudiamos y trabajamos mucho a lo largo de todo el curso, léase también vida, al final aprobamos todas las asignaturas e incluso podemos sacar sobresaliente o matrícula de honor, pasando libres de cargas al curso siguiente, y así hasta acabar la enseñanza de que se trate: primaria, el bachiller, la carrera…
 Si no hemos estudiado nada, lógicamente suspenderemos y tendremos que volver a examinarnos para aprobar, haciendo por el camino los cambios oportunos, es decir: estudiando más y mejor, o simplemente, estudiando si nos hemos dormido en los laureles y no hemos dado un palo al agua. El suspenso puede ser en todo el curso, en varias asignaturas, en una o sólo en una parte de ella. En cada caso tendremos que examinarnos de la parte correspondiente y, después, si aprobamos, seguimos con el procedimiento de ir pasando de curso en curso hasta terminar nuestros estudios. Pues exactamente igual ocurre en la escuela de la vida, vamos pasando de vida en vida, unas veces libres y ligeros de equipaje, y otras con más o menos cosas pendientes que no hemos terminado, o ni siquiera empezado, en la vida anterior. Nada más. Sin culpa, sin castigo, sin reproches, sin resentimiento.
Ese Ser Superior a todo y a todos que algunos llamamos Dios o Divinidad, no le ha puesto a las almas un número de vidas para realizar sus aprendizajes, experiencias, propósitos… Dios ha creado a todas las almas libres, de modo que no se va a poner a contar cuántas vidas necesita cada una para “aprobar” una determinada asignatura en esta escuela terrestre donde la Vida Divina se expresa y manifiesta.
 No obstante lo anterior, mi opinión personal es que en estos momentos estamos mucho más en el dharma que en el karma, es decir, más centrados y concentrados, consciente e inconscientemente, en descubrir y llevar a cabo el propósito que elegimos antes de vestirnos con el vestido humano y terrestre con el que hemos venido a este plano en esta ocasión. También estoy plenamente segura de que, si nos centramos en el dharma y nos comprometemos todo lo posible con él, si quedara algún resto de karma éste quedaría liberado y superado con esa acción nueva, más inteligente, amorosa y sabia, emprendida con toda nuestra luz y centrada en el bien más elevado para todos y para el Todo.
 A través de los Registros Akáshicos también podemos conocer nuestros talentos, dones, capacidades, habilidades, en todas y cada una de las áreas de la vida, así como la manera de ponerlos en marcha para lograr la plenitud, la felicidad, la prosperidad y la dicha permanentes, mientras convivimos con nuestros semejantes y con todas las demás evoluciones con las que compartimos la vida en este maravilloso y único planeta azul, trabajando siempre para el bien común y con el sentimiento de que todo aquello que nos hacemos, o dejamos de hacernos, a nosotros mismos, también se lo estamos haciendo, o dejando de hacer, a nuestros semejantes y a la Vida en su conjunto, ya que todo está relacionado con todo y Eso Es Todo lo Que Hay.
 Nuestro ego, o personalidad terrestre, igualmente puede beneficiarse mucho del contacto con estos ficheros de luz, aprendiendo a ponerse bajo la tutela del alma, del Yo Verdadero y de la Divinidad, dejando que ellas lleven las riendas, como vemos en El Carro del Tarot, sin necesidad de que tengan que estar firmemente cogidas para que el vehículo terrestre se mueva, vaya donde ha de ir y realice las funciones y los cometidos que ha venido a realizar aquí.
 Como los Registros Akáshicos son los archivos de energía y luz del alma, y constituyen la puerta de acceso a la Divinidad misma, aprender a trabajar con ellos nos permite ampliar nuestra conexión con ambas y, como consecuencia, tener la plena seguridad de que siempre somos y seremos guiados por los Seres de Luz que forman parte de nuestro registro y, por extensión, por la Divinidad misma, pues es de Ella de donde todo parte y adonde todo, en algún momento, ha de regresar, con más evolución y conciencia de las que tenía cuando partió de allí. Esto le da un sentido nuevo y diferente a nuestra vida, que entonces se convierte en algo sagrado y maravilloso, favoreciendo igualmente nuestra independencia y autonomía respecto a lo que se cuece en el mundo y sólo está orientado a su parte material y densa. Gracias a todo esto, nuestra libertad y nuestro poder interior se mantendrán intactos, y nada ni nadie nos podrá hacer daño ni manipular. Siempre seremos magníficamente cuidados y orientados por las Inteligencias y Energías de Luz de nuestro Registro Akáshico, es decir, por nuestra alma y por el Alma Universal. Amén, Amén, Amén.

Ángel iluminador

El arcángel Metatrón se encarga de dirigir la ascensión y activación del cuerpo del ser humano. Es un ángel poderoso que, porque fue humano, conoce el camino de la iluminación.
Su significado más importante para quien desea caminar hacia Dios es que representa el potencial de transformación y purificación del alma cuando se propone trascender la materia para unirse al espíritu puro de la Divinidad.

Significado de un encuentro con ángeles




La lección más importante del libro de Enoc podría ser el significado de su encuentro con los ángeles. Al ser tocado por los ángeles, Enoc adquirió un conocimiento que iba más allá de lo que la mente humana puede llegar a conocer. Así se convirtió en ángel él también. Su encuentro con la sabiduria divina,  lo transformó hasta lograr su propia ascensión.

EL ARBOL DE LA SABIDURIA


El Libro de Enoc menciona el "árbol de la sabiduría", que es el mismo "árbol del conocimiento del bien y el mal". El árbol estaba al lado del Paraíso de Justicia, y se destaca por ser un árbol distinto de todos los demás, muy grande, bello y magnífico. El árbol es tan alto como un abeto. Sus hojas se parecen a las del algarrobo. Su fruto es como un racimo de uvas. Tiene una fragancia que penetra hasta muy lejos. Los que comen de su fruto adquieren gran sabiduría. El ángel Remiel le dice a Enoc que:

"Es el árbol de la sabiduría, del cual comieron tu primer padre y tu primera madre y aprendieron la sabiduría y sus ojos se abrieron y comprendieron que estaban desnudos y fueron expulsados del jardín del Edén."

También conocido como: árbol del conocimiento del bien y el mal

Fuente :www.google.es






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