jueves, 11 de diciembre de 2014

EL YIN Y EL YANG


EL YIN Y EL YANG 

Es el tiempo en el cual debemos utilizar nuestro propio discernimiento desde nuestro corazón, con gran responsabilidad y de esta forma equilibrar las fuerzas que existen en nosotros. 
La Dualidad de la oscuridad y la luz se creó para el sistema de este planeta, caminar por el sendero de la luz es, entonces nuestra decisión, nuestro libre albedrío. 
La dualidad es un tema que pienso la mayoría de nosotros no entiende en su real significado y en verdad es necesario que comencemos a entenderlo ya, en ello va el que alcancemos el tan ansiado equilibrio. 

El Mundo Dual (El Yin y el Yang) 
Desde la antigüedad los hombres imaginaron un ordenamiento ideal del universo, en el cual se alcanzaba el equilibrio gracias a la alternancia o pugna de contrarios. Las fuerzas de la naturaleza se manifestaban por pares y los entes podían desdoblarse. Estas ideas se basan en el concepto de dualidad. La diferenciación entre seres humanos y seres divinos, entre hombres y mujeres, entre la vida y la muerte, así como el tiempo que transcurre, la disposición del espacio real y el mítico. El movimiento, que explica y justifica el cosmos, es el resultado de una alternancia de fuerzas dibujada como dos líneas que se cruzan y enlazan. Unos de los símbolos que mejor describen la dualidad y movimiento de la energía Yin y Yang es el conocido símbolo del Tai Chi. Este símbolo aparece divido en dos partes, una de color blanco o claro (la energía Yang) y otra de color oscuro o negro (la energía Yin), una línea ondulante divide las dos secciones de forma que al crecer la parte Yang decrece la parte Yin, y viceversa al decrecer el Yin aumenta el Yang. En la parte Yin aparece un pequeño circulo de color claro que indica que en las profundidades de la energía Yin se haya la energía Yang, de igual forma en la parte Yang aparece un pequeño círculo que contiene la energía Yin. 

Tanto la energía yang como la energía yin son necesarias y de ellas encontramos infinitos contrastes y grados. Si todo fuera totalmente yang o yin no habría color en el mundo, no existiría el cambio y la ausencia de diferencias limitaría la creatividad del universo. Saber del yang y el yin es saber como encontrar el equilibrio en las facetas duales de nuestra existencia. Dualidad yin yang es quizá el tema de la filosofía china más difundido en occidente. 

Por ser patrimonio común a distintas escuelas de pensamiento, este concepto adquiere diferentes matices interpretativos, según se lo considere en el marco doctrinal del taoísmo metafísico o fuera de él. 
Como encuadre histórico cabe decir que la llamada escuela yin yang (yin yang chia) se originó en el seno de las primitivas artes ocultas chinas (fang shi), pero significó un avance del pensamiento por liberarse de la superstición y la magia en la comprensión de la naturaleza. En tal sentido vale recordar las palabras del filósofo contemporáneo Feng Youlan, quien en “Breve Historia de la Filosofía China” expone: “El ocultismo o magia, desde luego está basado en la superstición, pero ha sido a menudo origen de la ciencia. Las artes ocultas comparten con la ciencia el deseo de interpretar la naturaleza en forma positiva, y conseguir los servicios de la naturaleza por medio de su conquista por el hombre. El ocultismo se convierte en ciencia cuando renuncia a su confianza en las fuerzas sobrenaturales y trata de interpretar el universo sólo en función de las fuerzas naturales. Los conceptos sobre estas fuerzas naturales pueden parecer más bien simples y toscos en un principio, pero en ellos encontramos los comienzos de la ciencia. Tal ha sido la contribución de la escuela yin yang al pensamiento chino. Esta escuela representa una tendencia científica en ese sentido. 

Queda claro entonces, que al hablar de la dualidad yin yang, no estamos hablando de principios esotéricos, sobrenaturales, sino de aspectos reconocibles en el mundo fenoménico, en la naturaleza. 
Yin y Yang es la dinámica polar inherente a todas las cosas existentes, es la forma dual en la que se explicita la Unidad Primordial en el campo del Ser. El universo es el producto de la polaridad emergente de la Unidad Primordial y todo cuanto está en el contiene a la polaridad como dinámica esencial de su existencia. Reposo y movimiento, contracción y expansión, condensación y dispersión, retroceso y avance…desde sus manifestaciones más simples y universales, hasta las más complejas y particulares, en todo ser manifestado se expresará esta polaridad originaria. Y es a partir de esta interrelación yin yang de los aspectos polares constituyentes del Ser, que se generan todas las cosas que animan el universo. Yin yang es una polaridad dinámica complementaria y armónica: la razón de la sombra la encontramos en la luz existente, y lo esencial de la luz es que disipa la oscuridad; de igual modo, retroceder es desandar lo avanzado o expandirse es abandonar un estado de contracción. El significado de cualquiera de ellos deviene de la relación con su opuesto complementario. 

- En la visión orgánica del universo que sustenta el Taoísmo filosófico toda manifestación del Ser es dual y encierra los contrastes y tensiones implícitos en toda interacción de polaridades, no pudiendo existir un aspecto del fenómeno sin su opuesto complementario 

- La relación de aspectos opuestos complementarios, tal que no se puede concebir la existencia del uno sin el otro, ni la modificación del uno sin el cambio del otro. Solo cabe esperar estados de equilibrio dinámico y no la imposición definitiva de uno sobre el otro, o la aniquilación de uno de ellos por la acción del otro. En verdad el yin y el yang representan cualidades generales del universo. Son, como “Ser” o no “Ser”, son dos principios o fundamentos que son tan diferentes que casi son opuestos, pero que no son antagónicos, pues son capaces de inter transformarse, de generarse mutuamente. Por esta razón, quizás la expresión más apropiada sea decir que son inversos. Lo inverso se parece a lo opuesto y, a la vez no lo es. En ningún caso su resultado es nulo, vacío, nada, que es lo único que se puede esperar al afrontar algo con su opuesto, con su antagonista. A pesar de ser tan diferentes que parecen ser opuestos, son mutuamente dependientes al punto que aisladamente no pueden existir; cuando uno de ellos se agota o desaparece, desaparecen los dos y se extingue el fenómeno. Yin y yang se encuentran en un permanente equilibrio establemente inestable, fluctuando, un incesante equilibrio dinámico. Ese equilibrio implica que constantemente la preponderancia del yang va seguida de la preponderancia del yin y viceversa; que en la medida que yang crece, yin decrece y lo inverso; y que yin se gesta y engendra en el interior del yang, mientras algo idéntico ocurre en el seno del yin” 
Yin y Yang son esencialmente asimétricos como el universo, pero esa simetría no es una expresión caótica sino de una regularidad regular, enmarcada en un contexto de orden. Cuando este equilibrio regularmente irregular, asimétrico y fluctuante se rompe, se sobrevienen los cambios, las transformaciones más o menos bruscas, evidentes, la enfermedad, la muerte. Todos los fenómenos pertenecen preponderantemente a yin o a yang en cada momento, pero ninguno es totalmente yin o yang. Ninguno puede representar al Yin o al Yang totales, de la misma manera que ninguna particularidad puede representar a lo universal, a lo general, a pesar de estar incluido en aquél. 
Las propiedades del yin y yang enfatizan la importancia de la mutación y la subrayan como lo primordial, como la expresión fundamental y la causa de todos los fenómenos. 
A la vez Yin y Yang expresan también el carácter relativo de todos los cambios de todas las transformaciones, de todos los acontecimientos, pues todo fenómeno es de una perspectiva predominantemente yang, pero desde otro ángulo, predominantemente yin. 


OPOSICIÓN-INTERDEPENDENCIA


Este par de principios se evidencian con claridad en cualidades que se implican al punto que mencionar una, expresa inevitablemente su contrario. La noche se incluye en yin y el día en yang pero, mencionar por ejemplo la noche, implica reconocer la existencia del día. Lo bajo se clasifica como yin y lo alto como yang; al designar algo bajo lleva necesariamente a considerar que existe algo por encima, más alto. 
También sus características se aprecian con claridad cuando se dice que lo anterior es yin y lo posterior es yang; la masa o la sustancia es yin y la actividad yang; lo oscuro es yin y lo claro es yang; lo blando pertenece a yin y lo duro a yang; lo frio corresponde a yin y lo caliente a yang; la derecha es yin y la izquierda es yang. Todas estas cualidades, como muchas otras, son tan diferentes que casi son opuestas, pero no son antagónicas, pues no pueden existir independientemente una de la otra. Separarla es explícito, la otra conserva toda su vigencia de manera implícita. Los principios de oposición e interdependencia ponen de manifiesto también la relatividad de los fenómenos y el carácter infinito, tanto hacia el macrocosmo como hacia el microcosmos, de yin y de yang. 
Las condiciones que identifican a yin y yang pueden comprenderse aún mejor si examinamos una serie de cualidades que pertenecen a uno y a otro, sobre todo si se las aprecian como dos conjuntos y no como elementos aislados. Mucho mejor se comprenderá lo esencial de sus cualidades respectivas si estas se aprecian desde la perspectiva de la siguiente afirmación plasmada en el capítulo 66 del Nei Jing Su Wen. 
“En consecuencia, al nacimiento y crecimiento se llama transformación; al crecer hasta el extremo se llama mutación; lo incomprensible de yin y yang se llama Divino, la infinita aplicación de lo divino se llama sabiduría.” 
La extensión o expansión, en tanto mayor expresión de estabilidad, de acumulación de cantidades y más cercana al “Ser”, desde un determinado punto de vista pertenece esencialmente a yin, mientras que la mutación, vinculada con el salto a otra u otras cualidades y más relacionada con el “No Ser”, esta vinculada fundamentalmente en yang. 


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