sábado, 13 de diciembre de 2014

EL UNIVERSO PARTE DE TI.

EL UNIVERSO Y  YO. SOMOS UNO.




En todas las dimensiones de la vida uno toma decisiones basadas en probabilidades más que en evidencias y pruebas fehacientes de los acontecimientos. La seguridad en nuestra cotidianidad no existe. Lo único seguro que hay en este mundo, en esta vida, es la muerte. ¿Por qué pretender entonces buscar pruebas concluyentes, hechos, situaciones, eventos, acontecimientos y evidencias que demuestren la vitalidad del Universo? 

Tú no estás seguro que mañana estarás vivo, ni que estarás en el mismo lugar de trabajo donde te encuentras hoy, ni que vivirás en el mismo hogar, ni que las personas que están hoy a tu lado mañana también estarán. No existe ninguna seguridad de todo esto.

Todos nosotros vivimos siempre con determinados niveles de inseguridad, dudas, incertidumbres, y constantemente nos basamos en probabilidades para tomar nuestras principales decisiones. Por eso, en el análisis sobre la veracidad de la vitalidad del Universo no podemos dejarnos llevar por las probabilidades.
¿Qué probabilidades hay de que el Universo tenga vida?

Esa no debe ser la pregunta acerca de la verdadera vitalidad del Universo, porque la vitalidad del Universo no es cuantificable, no podemos demostrar objetivamente que el Universo en verdad siente, piensa y actúa, no tenemos pruebas absolutas de que es así.

No vemos al Universo sintiendo, pensando y actuando, pero lo sentimos en cada paso que damos. El Universo tiene vida, siente, piensa y actúa.
Mucha gente se pregunta por qué hay tanta muerte y miseria en este mundo loco. Si en verdad el Universo piensa y siente, entonces por qué hay tanto desempleo, guerras, prostitución, drogas y alcoholismo.
¿Por qué el Universo no soluciona los principales problemas actuales de la humanidad?
¿Quién creó estos problemas?, ¿Quién es el Universo en realidad?

Todos los seres humanos en este mundo necesitamos conocer cómo piensa, cómo siente y cómo actúa el Universo. No conviertas esta necesidad en un problema. Conviértela en un proyecto de vida.
Tú eres parte del problema, y tú eres parte de la solución. Todos nosotros somos parte del Universo. Nuestro corazón está lleno de eso que llamamos Universo. Allí debemos buscar la solución definitiva para estos problemas. Por eso, cada día más que nunca me convenzo de que el Universo en realidad sí tiene vida y necesitamos cada día más la intervención mágica y mística del Universo en nuestras vidas.
La necesidad más grande del mundo, el principal problema que tiene hoy la humanidad, es precisamente entender la esencia, la identidad y la verdadera naturaleza del Universo. ¿Cómo es el Universo?, ¿Qué hace?, ¿Por qué lo hace?, ¿Dónde está el corazón y el alma del Universo?
Y si es cierto que el Universo tiene vida ¿Por qué no lo vemos actuando?

Jamás se podrá demostrar científicamente la vitalidad del Universo. Ese no es el papel de la ciencia. Los métodos científicos existen para estudiar la naturaleza, la sociedad y el pensamiento humano, y el método para descubrir la esencia vital del Universo es la Fe, porque la vitalidad del Universo está fuera del alcance de los métodos científicos. 

La ciencia no puede resolver el misterio de la vitalidad del Universo, porque el Universo no es sólo natural, ni sólo físico, sino además espiritual. Y la espiritualidad se explora mediante la Fe, no mediante la ciencia. 
Antes de analizar la naturaleza del Universo en tu entorno, debes valorar la forma en que percibes al Universo. Antes de mirar hacia el exterior en busca de respuestas referentes a la vitalidad del Universo, debes primero mirar hacia tu interior. Allí está la naturaleza del Universo.

El Universo se conoce con el corazón, no con métodos científicos. Si tú sientes al Universo en tu corazón, si lo vivencias dentro de ti, es porque el Universo vive. Y eso no tienes que demostrarlo científicamente, basta con sentirlo, esa es la mayor evidencia. No lo ves, pero lo sientes. Vive. Por supuesto que el Universo no siente, piensa y actúa físicamente, no podemos demostrar eso, no podemos verlo sentir, pensar y actuar. El no vive en un espacio específico donde podamos buscarlo y encontrarlo, como tú y yo. El Universo no tiene tres dimensiones como nosotros. El Universo es energía y espíritu, está en nuestras almas, y como tal permea todo cuanto nos rodea.

El Universo está diluido en el espacio y en el tiempo, así como está la sal en el mar. El Universo es el creador de todo cuanto habita en El. Está fuera del Universo y está dentro del Universo. El Universo es fortuito, autónomo, aleatorio e independiente, no tiene causa que lo haya originado, es eterno, inmensamente poderoso e infinito.

El Universo no tiene límites, no tiene principio ni final, es amplio, profundo y atemporal. No tiene tiempo ni espacio, es dueño de todo el tiempo y de todo el espacio. El Universo es omnipresente y omnipotente.
Estoy plenamente convencido de que el Universo sí vive. A ti, amigo lector, que no crees en la vitalidad del Universo, te afirmo con toda seguridad que El si cree en ti, y además te confieso que hace algunos años yo pensaba igual que tú, pero cuando conocí quién, qué, para qué y cómo siente, piensa y actúa el Universo, realmente mi vida cambió y dio un giro de 180 grados.

El Universo está más cerca de ti de lo que tú te imaginas. Te invito y te exhorto a que lo descubras dentro de ti, en tu corazón, y elimines tus dudas, temores, incredulidades y escepticismos. Estoy seguro que el Universo que yo conozco es el mismo Universo que tú necesitas.

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